#Columna | TEMAS DE LA TARDE

Por Ariel Leon

Este mediodía mientras el alcalde de Cajeme Javier Lamarque Cano hacia entrega de una máquina extintora y equipo de radiocomunicación al departamento de bomberos de Cajeme se nos vino a la memoria aquellos años de adolescencia a finales de la década de los ochentas, cuando inicié con mis primeras apariciones en el mundo de la fotografía para el Periódico Extra de la Tarde, siendo alcalde de Cajeme Jesús Félix Holguín, en aquellos años recuerdo que más de la mitad de Ciudad Obregón estaba en contra de las acciones que realizaba el edil, puesto que, había derribado la glamurosa fuente que embellecía la salida sur de la ciudad, también demolió la fachada de lo que era uno de los ayuntamientos más elusivos del estado, dicha demolición dio paso a esa bella cascada emblema de nuestra ciudad junto a la Laguna del Nainari, el reloj de la plaza Álvaro Obregón y la fachada de Palacio Municipal.

De igual forma recordé a don Faustino Félix Escalante y Raúl Ayala Candelas con el proyecto Nainari 2000, la remodelación del Mercado Municipal y la reconstrucción del pavimento y red sanitaria del primer cuadro, obras que aún existen casi intactas, al igual que la calle Norman Borlaug de la 200 a la 300.

Del 1997 al 2000 aquel inquieto joven emanado del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que nadie creía en él por sus ideas un poco extrañas (según los gobernantes de la época) para dirigir las riendas del municipio, Javier Lamarque le pego una pela electoralmente hablando a Ernesto Vargas Gaytán y encabezó las acciones de ciudad Obregón, sus Comisarías y Delegaciones durante tres años, no vamos a decir que fue el mejor de los alcaldes en la historia de Cajeme, pero lo que si le podemos asegurar es que algo hizo bien que, de nueva cuenta la ciudad apoyó este proyecto y sigue gobernando a partir del 2021 y hasta el próximo año.

También recordamos por su paso en la alcaldía a Ricardo Bours, un excelente administrador, el segundo periodo de Jesús Félix Holguín y aquella obra donde parecía arbolito de navidad la avenida Miguel Alemán con todas sus lucecitas que delimitaban los carriles de circulación con su iluminación.

Qué tiempos aquellos cuando todo era glorioso y bonanza para Cajeme ya que después la maldición se cernió sobre este municipio que a finales de los años sesentas y principio de los setentas estuvo a punto de convertirse en la capital de Sonora, pues llegaron al poder gente como ‘Panchito’ Villanueva, a quien regresaron de una candidatura para que devolviera a las arcas municipales 13 millones de pesos que se le habían ido entre los papeles, después llego Manolo Barro que en tres años no supo de qué se trataba la chamba de alcalde, pero la desgracia no terminó ahí porque llego Rogelio Díaz Brown y se ganó el mote del ‘peor alcalde en la historia de Cajeme’, ¿Pero qué cree? Llego ‘Tinito’ Félix y le dijo abrace compadre que ese título es mío, para rematar la maldición de Ciudad Obregón llego Sergio Pablo Mariscal y terminó con lo poco que quedaba de la ciudad.

Siendo sincero Ciudad Obregón casi lo podíamos comparar con el puerto de Acapulco después del paso del Huracán Otis, no es por defender al alcalde porque es un viejo lobo de mar que se sabe defender con hechos, no con palabras y poco a poco ha ido recomponiendo la ciudad, sólo basta recordar la cantidad de baches que había por cualquier calle que circularas, que si bien es cierto aún no ha podido exterminar la megaobra del ‘Tinito’ porque aún seguimos recordando que dijo que le invirtió 8 millones de pesos a los baches en Cajeme y nosotros asegurábamos que habían sido como 15, porque los plantó por todo el municipio y le quedaron muy bonitos.

Sino hemos salido de este grave problema en la infraestructura asfáltica aun cuando el alcalde Javier Lamarque compró la máquina procesadora de asfalto, ¿Se imagina en qué condiciones se encontraba el pavimento de lo que es la segunda ciudad más importante del estado?

Otra acción que se nos viene a la memoria es la abolición del contrato que el Oomapas de Cajeme tenía con Solaqua para la operación de las plantas tratadoras de aguas residuales y que le costaba a los cajemenses 3 millones de pesos mensuales.

De la oscuridad en que se encontraba el municipio nos gustaría platicar más a fondo pero por falta de espacio solamente les vamos a decir que gran sector de la ciudad hoy cuenta con una iluminación pública al cien por ciento, tampoco queremos echarle otro puño de tierra al autor del contrato millonario que se llevó una empresa del primo de un amigo del alcalde del 2012 al 2015, ahora sí, pregúntenme que dijeron los oradores en la entrega de la máquina extintora al departamento de bomberos, ¡No sé! Se me fue el tiempo recordando los buenos y malos momentos de los últimos alcaldes de mi querido Ciudad Obregón.

Por hoy es todo, ¡Buenas tardes!

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