Por Ariel Leon
En días pasados nos tocó asistir a una reunión de candidatos con miembros del distrito de riego en Cajeme, grata fue la sorpresa al ver la desvergüenza del candidato por el distrito 15 “Chabeto” Plasencia y de la concursante al certamen de miss simpatía Anabel Acosta que por cierto también cree que está participando por la alcaldía de Cajeme, este par de plano no conocen la vergüenza cuando fueron los que más lastimaron al sector productivo agropecuario en el valle del yaqui cuando tuvieron la oportunidad de beneficiar a la agricultura.
En el caso de Anabel Acosta se presentó ante los productores con tal descaro como si se tratara de la que más beneficios le ha traído a los agricultores en la historia del valle del yaqui, para los que tienen memoria corta y no recuerdan que Anabel Acosta fue senadora de la República cuando Claudia Pavlovich renunció para buscar la gubernatura de Sonora, en aquel entonces la concursante a miss simpatía tenía en su poder la forma de darle un revés a la reforma energética y abogar por la economía de los sonorenses, ¿Usted se preguntara cómo? Pues resulta que al aprobarse la reforma energética se incrementaron los insumos agrícolas como el diesel, la gasolina, el agua, los fertilizantes y las propias semillas sin tomar en cuenta el clima desértico que vivimos en Sonora y que vino a repercutir en el bolsillo de absolutamente todos los habitantes del estado, pues los recibos de doña CFE se incrementaron hasta en un 80% de forma inmediata y paulatinamente se ha ido incrementando con el paso del tiempo.
Anabel acosta se lavó las manos y dijo que ella no aprobó la reforma energética pues no asistió a la sesión donde se realizó el voto cuando estaba en el Senado, pero se le olvidó decir que tampoco defendió a los sonorenses para dar marcha atrás a esa reforma criminal para los que vivimos en latitudes con temperaturas superior a los 45 grados.
Nos hubiera gustado que miss simpatía hubiera defendido a los sonorenses en el senado tal y como lo hizo en su intervención en el debate del pasado fin de semana cuando se le fue a la yugular al candidato Javier Lamarque, con esa simulación de coraje y presunto conocimiento de la materia nos hubiera defendido en el senado la realidad en Sonora y el país fuera otra.
Lo que si rayo en el cinismo fue el discurso que dio el “Chabeto” Plasencia ante los productores cuando les dijo “yo sé que no soy muy bien visto entre los productores, porque cuando fui secretario en el ayuntamiento con Manolo Barro apoyamos con todo el acueducto independencia a sabiendas del daño que le hacíamos a los agricultores del valle del yaqui, lo mismo hicimos desde la secretaria de desarrollo pero ahora si les prometo que si llegamos a ser diputado del distrito 15 los vamos ayudar en todo lo que podamos”.
Este amigo resulto casi igual de inútil que Sergio Pablo Mariscal al momento de pisar una oficina tan importante como lo es la secretaria del ayuntamiento que por cierto, nadie lo recordaba en ese puesto pero si lo utilizo para afectar a los productores del valle del yaqui.
Hablando de inútiles nos viene a la memoria el alcalde Sergio Pablo Mariscal quien prácticamente sus tres años de gobierno se la paso haciéndole honores al dios Baco sin importarle absolutamente nada el municipio, el primer año de gobierno se la paso culpando al “Tinito” Félix y al “Roger” por las pésimas condiciones en la que encontró Cajeme, el segundo año la pandemia lo obligó a cerrar las funciones del ayuntamiento y tampoco hizo nada, el tercer año el veto electoral le impidió trabajar eso sin contar el amparo contra la chamba que gestiono desde su primer día de su gobierno y hasta la fecha nadie se lo ha podido encontrar.
Por hoy es todo, ¡Buenas tardes!
