Por Ariel Leon/ Extra de la Tarde
Guaymas, Sonora; septiembre de 2024.- El destino turístico más importante del estado de Sonora es, sin lugar a dudas San Carlos Nuevo Guaymas, el denominado Pueblo Mágico ha recibido inversión en infraestructura urbana, hotelera, restaurantera, promoción nacional y extranjera, hasta una nueva carretera para conectar el turismo de Chihuahua a las paradisíacas playas sonorenses.
Todo el esfuerzo realizado por el gobernador Alfonso Durazo Montaño ha rendido frutos para la atracción de turistas quienes disfrutan los bellos paisajes que la naturaleza ofrece día con día a sus visitantes, incluso el extinto y prestigioso biólogo marino Jacques Cousteau cuando recorrió estos lugares a bordo del famoso barco El Calypso, denominó a San Carlos Nuevo Guaymas como el acuario del mundo, con los atardeceres más bellos del mundo.
Esta teoría con los años la han ratificado innumerables cadenas televisivas como National Geographic, que han sido testigos de la belleza natural de este paraíso terrenal.
Lamentablemente no todo es miel sobre hojuelas, todo el esfuerzo y trabajo realizado por el gobernador Alfonso Durazo para destacar este importante centro turístico, contrasta con el abandono de la autoridad municipal, no es extraño ver cómo los indigentes se apoderan de las playas, hacen sus necesidades fisiológicas frente a familias enteras sin ningún pudor, no les importa, lo mismo duermen en la arena que en las banquetas dejando a su paso un lugar insalubre, lo que en un tiempo fue la Playa Incluyente, hoy es un solo hedor a excremento y orina, la basura también se apodera de las calles, principalmente de bulevar Tetakawi, algunos restauranteros tiran la basura a un costado de sus negocios y no pasa nada, los muros de contención del malecón están en mal estado, a punto de caerse y ocasionar una desgracia a los paseantes, los barandales lucen oxidados y las banquetas en malas condiciones.
De los guardianes del orden no hay mucho que decir, están convertidos en verdaderos asaltantes o extorsionadores de turistas, así se vive la triste realidad de los visitantes al Pueblo Mágico de San Carlos, Sonora.